Cuando comencé a montar mesas dulces (hace ya unos cuantos años, ¡cómo pasa el tiempo!), siempre probaba una nueva receta de galletas, me encantaba descubrir cómo quedaba el resultado final, probar esa galleta y decidir si se convertiría en una receta más de mi recetario. La repostería es muy matemática, así que lo mejor para que una galleta te quede bien, es seguir la receta al pie de la letra.
Y sí, el alfajor se convirtió en una de ellas. Vamos allá con la receta.
Receta Alfajor
- 120 gr. de harina de trigo.
- 150 gr. de maizena.
- 90 gr. mantequilla sin sal (la mejor para repostería para mi es Kerrygold).
- 100 gr. de azúcar glass.
- 1 huevo.
- 1 yema de huevo.
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio.
- 1 cucharadita de polvos para hornear.
- Ralladura de 1 limón (¡ojo!, no ralléis nada de la parte blanca del limón).
- 2 cucharaditas de esencia de vainilla.
- Dulce de leche.
- Ralladura de coco.
- Ingrediente secreto: 1 cucharadita de ron o brandy.
Antes de nada y siempre en cualquier receta, encendemos el horno, en este caso a 160º. A mi me gusta ponerlo en modo ventilación, así el horno calienta por igual por todos lados.
Lo primero que vamos a hacer es batir a velocidad media la mantequilla, que debe estar a temperatura ambiente, el azúcar y el bicarbonato. No tengáis prisa, todo debe quedar bien mezclado.
A continuación agregamos la yema del huevo y el huevo entero, también a temperatura ambiente y volvemos a batir. Yo suelo introducir ya el huevo batido en mis recetas, para que se integre perfectamente con todo, pero es opcional, os lo dejo a vuestra elección.
Ahora introducimos todos los demás ingredientes que faltan, esta vez mezclamos con cuchara y terminamos por amasar con las manos. Todo debe quedar perfectamente integrado.
Con la masa que hemos obtenido vamos a hacer un cilindro, lo envolvemos en papel de aluminio o film y lo introducimos en la nevera durante 30 minutos.
Ahora empieza la parte más bonita y la más creativa también.
Extendemos la masa en una superficie limpia con un cilindro, os tiene que quedar un grosor de medio centímetro aproximadamente, si se os pega un poco podéis espolvorear un poco de harina, pero sólo un poco para que la receta no se vea modificada.
Buscad un cortador de galletas redondo, yo utilizo el mediano, y comenzad a hacer las galletas que iréis poniendo en una bandeja de horno previamente preparada con un poco de mantequilla y harina o bien sobre papel de horno. La separación entre ellas no debe ser mucha, con un centímetro o dos os basta, porque no es una galleta que crezca mucho.
Cuando las tengáis todas preparadas, al horno durante 10 minutos. Cuando comencemos a ver que se empiezan a dorar un pelín por los bordes, (pero muy poco ehhh!!!!), están listas.
Las colocamos en un plato para que se enfríen y una vez estén frías comenzamos con el relleno.
Con una cuchara o una manga pastelera ir poniendo dulce de leche, la cantidad va a depender de cuánto os guste el dulce de leche, pero con una capa de 5 milímetros basta, y hacéis un bocadillo con la otra. Ahora cogéis la galleta y vais mojando sus bordes en el coco rallado para que se pegue al dulce de leche. Y ya está lista!!!!!.
Pero el último paso es el más importante, os tenéis que comer una!!!!, el tacto en la boca de esta galleta es suave, sus sabores sutiles y el dulce de leche con el coco le da un toque especial.
Si tenéis niños en casa, como es mi caso, os dejo una variante:
Cuando tengas la masa preparada añade un poco de colorante alimentario del color que más os guste y mezclalo bien. Todos los demás pasos son iguales. Y a la hora de montar la galleta sustituid el coco por frostis de colores, ya verás como les gusta!!!!.
Animaros a probar esta receta, estoy segura que os va a encantar. Y me dejáis vuestros comentarios en el blog. Un abrazo y hasta la próxima!!!!.
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